Buenas prácticas en el jardín
Cuando se hace referencia a las buenas prácticas agrícolas, se está hablando de una manera de cuidar las plantas de modo que los procesos productivos, y de cosecha y poscosecha, cumplan con los requerimientos necesarios para una producción sana, segura y amigable con el ambiente.
Relacionando este concepto con el de jardín, es posible acercarse a las condiciones necesarias para un correcto desarrollo del área verde.
Suelo: antes de plantar o sembrar, es fundamental estudiarlo: tipo de material (si se trata de tierra negra, tosca, etc.), pH (ya que si ubicamos una planta de suelo ácido en uno que no lo es, por ejemplo, esta será más propensa a enfermarse), profundidad, entre otros aspectos.
Agua: es mejor regar a la mañana o a última hora del día. Si se cubre la superficie con corteza decorativa (u otro material), la humedad del suelo se mantendrá por más tiempo; por lo tanto, se regará menos. Además, no crecerá tanto pasto, y esa cubierta protegerá las raíces del calor y del frío.
Poda: es importante quitar por completo las partes enfermas de las plantas. Todos los restos de esta poda deben ser eliminados del jardín. Las herramientas que se empleen deben ser desinfectadas.
Monitoreo de plagas y enfermedades: conviene revisar las plantas regularmente para detectar la aparición de alguna peste, y así poder eliminarla sin mayores dificultades.
Adoptar buenas prácticas en el jardín no solo asegura un espacio verde saludable y estéticamente agradable, sino que también contribuye a la sostenibilidad y al bienestar del entorno.