Bulbosas: cuándo plantarlas

Estas bellas herbáceas, que todos conocemos y han alegrado por años los jardines y las macetas hogareñas, tienen, como casi todas las plantas, sus singularidades.
En su caso, un órgano subterráneo para la reserva de nutrientes. Y este recibe diferentes nombres: bulbos (tulipanes); cormos (gladiolos); raíces carnosas (dalias); rizomas (lirios), etc. Además, como algunos de estos ejemplares pierden su parte aérea (tallos, hojas, etc.) en una determinada época del año, son denominados vivaces, mientras que otros poseen un follaje persistente.
Las bulbosas presentan dos ciclos: las de otoño-invierno-primavera se plantan o brotan en otoño, y florecen en invierno o en primavera; por ejemplo: jacintos, tulipanes, narcisos, junquillos, lirios y fresias. Mientras que las de primavera-verano-otoño se plantan en primavera y lucen sus flores en el verano y el otoño; entre ellas: amarilis, agapantos, azucenas, hemerocalis y dalias.
Es fundamental, si no se va a adquirir la planta ya formada, comprar los bulbos, cornos, etc., en la temporada de plantación adecuada, para garantizar su desarrollo óptimo. Hacerlo fuera de esta época, puede dificultar su crecimiento y floración.
Así que, al conocer estas particularidades, podremos disfrutar plenamente de la belleza y diversidad que las plantas bulbosas ofrecen a nuestros espacios verdes.