Cómo cuidar tu bonsái

Esta planta ornamental que, gracias a diversas técnicas de cultivo, se mantiene en forma de miniatura, imitando la naturaleza en un espacio reducido, tiene su origen en un arte milenario. Un bonsái brinda belleza hogareña al tiempo que requiere dedicación y cuidado constante.

Para mantener esta planta saludable, recrearemos algunos de los señalamientos que realizan los expertos. En principio, es fundamental no dejar que el sustrato se seque por completo. Aunque la frecuencia del riego puede variar según el tipo de bonsái y las condiciones climáticas, lo importante es mantener la tierra ligeramente húmeda en todo momento, observando tu planta y ajustando la cantidad de agua según sus necesidades.

La poda regular es esencial para conservar la forma y el tamaño del ejemplar. Cuando aparezcan nuevos brotes, habrá que recortarlos hasta el primer par de hojas una vez que hayan desarrollado cuatro o seis pares. Este método ayuda a dirigir la energía de la planta y fomentar un crecimiento equilibrado y armonioso.

La fertilización es otro aspecto crucial. Abonar el bonsái en primavera y verano, cada quince días, asegura su salud, pero evita hacerlo antes de la floración o después de la poda de raíces, ya que un exceso de abono puede ser perjudicial para la planta.

Cada dos años, tu bonsái necesitará una poda de raíces y un recambio de tierra. Este proceso asegura que la planta no se estrese por falta de espacio y de nutrientes en su maceta, a la vez que promoverá, así, un desarrollo saludable y sostenible.

Cultivar un bonsái es una tarea gratificante que requiere paciencia y atención. De manera que, con estos simples cuidados, podrás disfrutar de la belleza y la serenidad que este pequeño árbol aporta a tu intimidad hogareña.

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