Cómo podar rosales en invierno para lograr la floración
Cuándo y cómo hacer la poda invernal a fin de que los rosales florezcan con fuerza en primavera.

La poda de rosales en invierno es decisiva para mantener las plantas sanas, bien estructuradas y con floraciones abundantes. Esta práctica permite eliminar ramas secas, débiles o mal ubicadas. Asimismo, mejora la aireación del arbusto y estimula la aparición de brotes nuevos. Recordemos que estos serán los encargados de dar flores en la siguiente temporada.
La actividad se realiza cuando los rosales han entrado en reposo vegetativo; es decir, durante el período sin hojas. En climas templados, como en gran parte de la Argentina, esto ocurre entre fines de junio y agosto.
Cómo podar según el tipo de rosal
La época ideal para llevar a cabo esta tarea varía levemente según la región. Sin embargo, siempre es recomendable evitar los días con heladas intensas o con humedad persistente.
A continuación, se detallan las pautas generales para realizar la poda de formación según el tipo de rosal:
– Rosales híbridos de té: se seleccionan entre tres y cinco vástagos bien ubicados, y se acortan dejando entre cinco y seis yemas por tallo.
– Rosales floribunda: al igual que en los híbridos de té, se eligen de tres a cinco vástagos bien distribuidos, pero se cortan dejando entre tres y cuatro yemas.
– Rosales trepadores: se conservan las ramas principales (guías) y se podan únicamente los brotes laterales, acortándolos de a dos o tres yemas.
Herramientas y cortes: determinantes para una buena poda
Esta tarea debe realizarse con tijeras limpias y bien afiladas, preferentemente de corte tipo bypass. Los cortes deben ser netos, inclinados y por encima de una yema orientada hacia el exterior, lo que favorece un crecimiento equilibrado y abierto.
Además, es importante desinfectar las herramientas entre planta y planta; sobre todo si se detectan signos de enfermedad.
Una práctica que garantiza más flores
La poda invernal es una tarea esencial en el cuidado de los rosales. Con las herramientas adecuadas, cortes precisos y una estrategia adaptada a cada tipo de planta, es posible asegurar una primavera colmada de flores y rosales más saludables.