Gabriela Escrivá: tres plantas de su huerta

La experta en horticultura nos cuenta cuáles son las tres plantas infaltables en su huerta personal de otoño-invierno:
Brócoli: Es una de las brasicáceas más ricas, saludables y bellas. Después de cosechar la pella o cabeza principal, se estimula la brotación de yemas laterales que se pueden ir cosechando poco a poco. Dejo florecer algunos pimpollos, y estas flores son atractivas para sírfidos que realizarán un control biológico en otras plantas. Y cuando me parece que ya no queda nada por cosechar, corto el tallo, lo pelo y lo cocino al vapor. Es delicioso y aún con más sulforafano que la inflorescencia. Y si no se riega más la planta, las raíces avanzarán en profundidad buscando agua y, en consecuencia, mejorarán el suelo. ¡Un auténtico cultivo de 360 días! Más tarde, si lo descalzo, lo chipeo y al compost.
Rúcula: Son la garantía de ensaladas frescas y saludables, aunque la cultive en pequeños espacios o en macetas. Las del primer corte serán suaves y, a medida que las voy cortando, su sabor se volverá más fuerte. Esto sucede como una estrategia de defensa de la planta para que los herbívoros no coman sus hojas y poder florecer y dar semillas, garantizando, de esa manera, la próxima generación. Suelo tener varias en diferentes momentos de su desarrollo y jugar con esta estrategia de nuevos sabores dependiendo del número de cortes.
Lechugas: La huerta en casa me permite probar diferentes variedades de lechugas que no se consiguen comercialmente. Busco semillas a finales de verano y las siembro en almácigo. Una plantita por celda con sustrato suelto y de buena calidad. Con cuatro hojas verdaderas, las trasplanto al tresbolillo (formando triángulos) en el suelo o en jardineras a una distancia de 30 cm entre plantas. Dependiendo de la variedad elegida, las cosecho por hoja, de afuera hacia adentro, o arranco la planta entera.