Mimosas: ¿por qué se mueven?

Las mimosas (Mimosa sp.), también conocidas como mimosa o vergonzosa, son plantas fascinantes porque reaccionan al tacto de manera peculiar. Su característica distintiva es el cierre repentino de sus hojas al ser tocadas, ¿pero, por qué sucede esto?
La explicación radica en la estructura única de sus hojas. Están compuestas por varios ejes ramificados, como pecíolos, raquis primario y secundario, con un tejido especial en la base llamado pulvínulo. Este tejido contiene células motoras que responden a estímulos externos. Cuando las hojas son tocadas, las células motoras liberan sustancias que las hacen retractarse, dando la impresión de que la planta se está cerrando.
Existen más de quinientas especies de mimosas, que varían desde árboles hasta plantas herbáceas y rastreras, con flores de colores diversos: amarillo, rojizo y blanco. Son comunes en América, África, Asia y Oceanía, con más de cincuenta especies nativas en la Argentina, como la carpinchera (Mimosa pigra), la acacia mansa (Mimosa pilulifera), el maricá o yuquerí (Mimosa bimucronata) y el cinqui (Mimosa farinosa),
Estas plantas, interesantes por su reacción al tacto, brindan, por añadidura, su belleza y diversidad. Y, sin dudas, otorgan un encanto único a cualquier jardín.