¿Por qué la planta se secó, si nunca le faltó agua?
Si observas secarse una planta a la que nunca le faltó riego, el problema podría ser un exceso de sal. Aquí te contamos cómo funciona esto.

Aunque pocas veces se menciona, el exceso de sales solubles en el suelo o en el sustrato es uno de los problemas que puede enfrentar un jardinero. Afecta directamente la capacidad de la planta para absorber agua, incluso cuando esta se halla presente.
¿Cómo afecta el exceso de sal a las plantas?
Las raíces de las plantas absorben agua gracias a un fenómeno físico llamado ósmosis: el agua se mueve desde donde hay menos sales (en el suelo o en el sustrato) hacia donde hay más (en el interior de la planta). Pero si el suelo/sustrato está sobresaturado de sales, este mecanismo se invierte o se bloquea. Es decir, la planta no puede absorber el agua, aunque esté disponible.
El resultado es la deshidratación, como si el ejemplar estuviera en sequía.
¿De dónde vienen las sales en exceso?
Una fertilización excesiva o abonos mal hechos, o aplicados sin diluir. Sobre todo, los abonos realizados con estiércol de animales; en especial, los provenientes de las gallinas. O el uso de agua de riego salina -esto puede pasar, aunque sea de pozo-. Todas ellas suelen ser las causas más comunes.
¿Qué hacer si sospechas exceso de sales?
-Si la planta está en una maceta: lava el sustrato (riega abundantemente para que el agua arrastre las sales por el drenaje). Si es necesario: cambia el sustrato.
-Si fertilizas o empleas algún abono, revísalos.
-Controla la calidad del agua.
Recuerda que el exceso de sales en el suelo/sustrato es un enemigo silencioso que puede secar tus plantas, incluso, con agua presente.