Repollos ornamentales: formas de disfrutarlos

Durante los meses más fríos del año, los repollos ornamentales (Brassica oleracea L. var. acephala) aparecen en escena como una alternativa atractiva para el diseño de jardines y el armado de arreglos florales.
Pertenecen al mismo género que las variedades hortícolas habitualmente halladas en las comidas, como el brócoli (Brassica oleracea var. Italica), los repollitos de Bruselas (Brassica oleracea var. Botrytis) y el repollo (Brassica oleracea var. Capitata).
Con hojas de nervaduras muy marcadas, se pueden encontrar plantas de colores intensos que transitan desde la gama del blanco cremoso al rosado, y pasan por diferentes tonalidades de verde.
El repollo ornamental, como nota distintiva respecto de otras variedades, posee la singularidad de desarrollar sus hojas centrales a la manera de una roseta, sin llegar a formar una “cabeza” en el extremo del ejemplar.
Esta planta, de unos 40 cm de altura y diámetro, necesita ser ubicada a pleno sol y requiere un suelo rico en materia orgánica y con buen drenaje. Hay que cuidarla de las orugas de los repollos que también la atacan, a pesar de que sea una variedad ornamental. Pasada su floración, se la elimina, ya que es una planta anual.
- Arte floral
Por la apariencia decorativa de sus hojas centrales y su alta duración, los repollos ornamentales son empleados durante el otoño e invierno como sustitutos de flores y follajes de corte (época en que disminuye, significativamente, la oferta de ambos).
Esta planta es una opción muy interesante en la definición de un arreglo floral, ya que se adapta a diseños clásicos -como el bodegón- o a alternativas estéticas más vanguardistas.
Es una expresión de textura en sí misma, por eso hay que ser cuidadosos en la elección de los elementos que la acompañan. Una buena opción es generar un contraste con variedades de follaje o bien buscar la técnica adecuada para utilizarla sola.
¿Ya decidiste cómo lo vas a disfrutar?